Un proyecto de rebranding es una oportunidad única, no solo para actualizar la identidad corporativa de una marca, también para modificar por completo su posicionamiento, dar un giro al estilo de comunicación y conectar directamente con tu público.
Todo esto han conseguido los chicos de Grapheine con el rediseño de la identidad visual de la Ópera de Saint Etienne.
La génesis de esta nueva identidad se basa en los espacios, el dinamismo y el movimiento de la ópera, la música y la danza.
El nuevo logotipo va mucho más allá de la funcionalidad, aunque simplifica el conjunto reduciendo elementos como la palabra “theatre”, modifica la tipografía a una sans serif y acaba con la complejidad de la antigua identidad, juega con el acento de la “e” partiendo la letra “o”, busca una metáfora narrativa, con algo que empieza en un lugar y que acaba en otro, se trata de un magnífico puzle visual con una ejecución excelente y un diseño ligero que consigue hacer brillar a todo el conjunto.
Si bien, las piezas básicas de papelería se pueden entender como algo doméstico, desarrollan una identidad con mucha energía, alegre y sofisticada que generan un lenguaje visual muy coherente en todos los soportes.
Normalmente, en este punto, una identidad corporativa ya estaría cerrada, pero lo interesante de esta nueva imagen, es que en la campaña de comunicación cobra todo el protagonismo integrando el logotipo como eje principal siendo imprescindible para las gráficas.
Esta campaña muestra a los propios empleados con cara de sorpresa o alegría, principales emociones que la ópera pretende transmitir a su público. Muestra una imagen que conecta y transmite cercanía, a la que es difícil no sonreír cuando la ves, siempre a través de la imagen corporativa, que completa el rostro de las personas que aparecen en la imagen consiguiendo así esa conexión tan buscada entre el público y la marca.
En general, desde la simplicidad y astucia del logotipo hasta la energía de los carteles y la amabilidad de la campaña, este es un proyecto maravilloso de principio a fin, donde está claro que tanto el cliente como el diseñador estaban en sintonía.