En un lugar de poca vegetación vivía Amparo, en su entorno existían tan solo diez tipos de plantas. Ella sabía a la perfección cuál le fascinaba más, incluso, conocía de memoria las características concretas de cada planta. El tiempo pasó y cada vez había más vegetación. El entorno de Amparo ahora tenía más de 10.000 plantas, se había convertido en una selva, y ella ya no sabía con cual sentía mayor afinidad ni tampoco cómo era cada una de ellas, pues no era capaz de observar tanta vegetación.
Esto mismo que le pasó a Amparo y sus plantas nos está pasando a nosotros con nuestro entorno. El exceso de información que nos rodea limita nuestra atención no siendo capaces de captarlo todo. Este hecho se hace latente en nuestro día a día, y me pregunto: ¿Cómo debería reaccionar el mundo publicitario? ¿Cómo se podría conseguir un mayor engagement con el público? En mi opinión, creo que se debería optar por trabajar desde un punto de vista más creativo, reivindicador y diferente. Deberíamos cuestionar los métodos de comunicación cotidianos. Pensar. Pensar mucho antes de hacer y recurrir a caminos que resulten inesperados.
La campaña que ha realizado la Agencia Lola MullenLowe (Madrid) para Burger King, es un claro ejemplo de cómo se puede conseguir no solo la atención de la gente, sino que el mensaje sea memorable y efectivo. Con motivo de promocionar su servicio a domicilio, decidieron reutilizar escenas reales de accidentes de coche en los locales de Burger King para así sostener el discurso de su campaña.
Estas escenas consiguen conectar directamente con el público tocando su fibra más sensible y empatizando con él. El slogan “Leave it to us” (Déjanoslo a nosotros), pone lazo a la campaña y nos revela un mensaje claro: la mejor opción es pedir su servicio a domicilio. Simple y directo. Bravo.